sábado, 16 de abril de 2011

Eduard Punset: la química del amor.

Las tres fases del amor:

Impulso sexual.
Amor romántico.
Apego a una pareja de largo plazo.


 
"¿Qué hace que cuando entremos en un lugar lleno de gente nos fijemos solo en una persona? ¿Por qué esa persona y no otra de entre la multitud activa nuestros circuitos cerebrales y enciende la química amorosa?

"Sí, el amor es una droga adictiva. Una adicción positiva que provoca una feliz dependencia cuando se es correspondido y una ansiedad dolorosa, triste y a veces destructiva cuando es rechazado..."

"Una de las características del amor romántico es la obsesión por el ser amado. Pensar en él contínuamente, fantasear e inventar situaciones imaginadas, son consecuencias de un bajón de serotonina y un subidón de dopamina en el cerebro. De repente nos convertimos en un Sherlock Holmes de pacotilla, y analizamos todo lo que hace el otro, hasta el más pequeño detalle. Cualquier pequeña muestra de desatención puede desencadenar en nosotros una cascada de inseguridades, cuyo último escalón son los celos".

"La dopamina llega a regiones cerebrales, donde se genera la motivación para alcanzar recompensas. Si la recompensa tarda en llegar, los productores de dopamina prolongan su actividad; los niveles aumentan y la motivación cobra más fuerza. En los centros de la corteza pre-frontal es donde se evalúa la recompensa. Si ese teléfono todavía sigue sin sonar, se enviarán señales a la amígdala y se desencadenará la ira. De esta manera, el amor y el odio están íntimamente conectados en el cerebro, producen los mismos síntomas y ponen en actividad las mismas sustancias químicas".

"El amor y el odio son muy parecidos; la indiferencia es su contrario".

"En realidad tú no te enamoras de la persona que tienes enfrente. Te enamoras de lo que tú imaginas que la persona que tienes enfrente es. Te la inventas".

"Tendemos a crear un arquetipo tan sofisticado y tan ideal que luego no hay quien se le resista, o sea que, cualquier comparación con el arquetipo se derrumba; y de ahí ésta mayor soledad".