Pues resultó un enorme macguffin. ¿Y qué es un macguffin? Básicamente es un distractor que los guionistas introducen para llenar huecos en la historia. Un macguffin genera una serie de misterios inútiles que nunca terminan por resolverse, su tentativa de explicación obliga a vericuetos rebuscados, quedan siempre en incógnita y parecen más profundos de lo que en realidad son. Muchos intentarán venderte este recurso como "historia secundaria" pero sólo son piezas sueltas.
¿Alguien recuerda la serie "Lost"? Era un festival de macguffins que se fueron acumulando con cada temporada. Cuando la serie terminó los espectadores se dedicaron a tratar de unir hilos donde nunca los hubo. Es una trampa que te deja desconcertado y detona tu necesidad de hallar patrones (o sea, es una forma de tenerte como p*ndejo haciendo bolitas en tu mente) creando un culto artificial en torno a la película o serie que acabas de ver.
La primera mitad de Halloween Ends es un macguffin espectacular con muy buenas escenas: muertes propias del género. Michael Myers pierde el halo de poder desarrollado en las dos películas anteriores y tanto él como Laurie Strode pasan un poco a segundo plano en pos del distractor, excepto en la última parte, donde ambos personajes son reivindicados.
A esta saga le hubieran bastado dos películas y la segunda es la más delirante, por ende la mejor.