Lamento que las últimas (y escasas) entradas de este blog hayan adquirido un tono áspero, de denuncia. En la vida ocurren cosas ajenas a nuestros deseos pero no está de más señalarlas para así advertir a otros.
Desde el año pasado he estado recibiendo notificaciones de Facebook a mi segunda cuenta de correo. Pasa que jamás abrí un perfil con esa cuenta. Sin embargo, el sistema de Facebook lo activó sin mi consentimiento. Algún tipo (no tengo idea quién haya sido y jamás lo sabré) tuvo la ocurrencia de abrirse un perfil en FB usando mi correo electrónico (no mi cuenta sino la pura dirección). No creo que esto cuente como usurpación de identidad, ya que no usa mi nombre, pero sí está usurpando mi correo, y lo increíble es que Facebook lo permite. Para que se entienda, un ejemplo:
· Quiero abrir un perfil en FB, pero soy demasiado desidioso y decido hacerlo con una dirección de correo que no es mía. La ingreso de todos modos. Listo, tengo perfil.
· Un día tú entras a tu cuenta de correo secundaria (esa que revisas muy de vez en vez) y te encuentras con un montón de correos de Facebook que dicen "Juan Galletas, tienes dos nuevas notificaciones". Son del perfil que yo hice.
· Creerás que esos correos son phishing, pero no. Realmente provienen de Facebook. Obviamente yo jamás recibo esas notificaciones pues no tengo acceso a tu e-mail, pero qué tal me sirvo de tu dirección para usar FB.
La solución es en apariencia simple. Acceder a ese perfil solicitando el cambio de contraseña. Luego, desactivarla. El problema es que una vez desactivada, el impostor solicitará la reactivación, reiniciando el ciclo de spam. La solución quizá definitiva es eliminar esa cuenta. Facebook da un plazo de un mes, que una vez transcurrido, la elimina definitivamente. Pero qué garantía hay de que el impostor no volverá a ingresar nuestro e-mail para hacer un nuevo perfil. Aquí, creo que uno se ve obligado a tomar control del perfil apócrifo y conservarlo en desuso, desactivando todas las notificaciones de correo. Eso además nos da el plus de castigar al impostor arrebatándole el acceso, por tener el cinismo de ingresar datos ajenos. Me pasó exactamente lo mismo con Instagram. El asunto es que cualquier idiota puede abrir un perfil con tu dirección de correo, y siguiendo el proceso descrito arriba, terminarás siendo el poseedor involuntario de un perfil ilegítimo.
Una razón más para aborrecer las redes sociales porque los responsables directos son quienes gestionan su funcionamiento y permiten estos "huecos" que son aprovechados por entes anónimos.