jueves, 27 de febrero de 2014

El gran Jodorowsky.

[Mi pequeña diatriba hacia dicho personaje en una conversación] Me parece un personaje que explota la vena "espiritual" para lucrar con su ego y ser algo así como un gurú "sofisticado".

Es la pedantería absoluta, quiere ser todo: poeta, filósofo, cineasta, peluquero, plomero, mesero... todo quiere ser. Y que lo admiren si se saca un moco y se lo come.

Sé que la mayoría lo admira, si no toda su "obra", al menos le admiran una o dos frases que le leyeron en Twitter o le escucharon en voz de Antonio Esquinca (¡Guuaaaauuu!).

Me desagrada un tanto y no puedo sumarme ni un ápice a la euforia que extrañamente causa en la mayoría de la población. Pero siento que gran parte de sus admiradores confunden esa altanería con grandeza.

Será que lo que ofrece Jodorowsky es de fácil consumo (la frase bella e ingeniosa, la filosofía fantástica pero simplista); solo así puedo explicarme la fascinación de las masas con él. Les da algo que pueden digerir y les hace sentir especiales. No digo que sea gente tonta; más bien es gente perezosa (que no quiere pensar por si misma).

Jodorowsky es a la mente lo que una sopa instantánea al cuerpo: de consumo rápido, satisfactorio, pero que a la larga produce desnutrición.

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