Tener presente que, después de todas las derrotas y pérdidas, no se nos ha arrebatado todo. Nuestra más íntima voluntad permanece. Ella nos impulsa a aferrarnos y persistir aunque nos consuma el desánimo, recordándonos que siempre podemos influir en nuestras circunstancias, en apariencia inalterables.
"La desgracia descubre al alma luces que la prosperidad no llega a percibir".
Blaise Pascal.
Hola!!!
ResponderEliminarCuando quieras pasa por mi blog...tienes un premio esperándote!
Patuka Li, ¡muchísimas gracias! :)
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